diego freire PRESENTACIÓN
Empecé en el deporte del tenis a los ocho años entrenando
un par de horas los sábados en la sociedad recreativa de La Casa Asturias de la
que mi familia es socia.
Al año y medio mi entrenador me dijo que ya podía empezar
a competir (ya que para competir antes tienes que trabajar mucho tu saque, para
que no suponga una desventaja en un partido). Empecé a competir con diez años
en la categoría benjamín de 2º año, y así llevo cinco años compitiendo
prácticamente todos los fines de semana.
Cuando empecé a competir no pensé que me iba a ir tan bien,
ya que llevo conseguidos más de cuarenta trofeos, que quiere decir que he
estado en más de cuarenta finales.
Mis logros más importantes en estos cinco años que llevo
compitiendo pueden ser el Campeonato Provincial Infantil, el Campeonato Autonómico
de Selecciones Provinciales, llegar a la final de uno de los torneos del duro
Circuito Andaluz, y el que siempre haya estado entre los cuatro mejores
jugadores de mi categoría a nivel autonómico.
También quería destacar la influencia que tiene el tenis
en las personas que lo practican, ya que es un deporte donde la mente tiene
incluso más importancia que el físico, el grado de concentración necesario para
ganar un partido te ayuda después para estar más centrado en tu vida particular
y en los estudios.
El tenis de hoy en día es muy competitivo y se requiere
mucho sacrificio para llegar a lo más alto del ranking nacional y no digamos al
mundial. En nuestro país tenemos a gran parte de los mejores tenistas del planeta,
como son: Rafael Nadal, David Ferrer, Nicolás Almagro, Fernando Verdasco,
Feliciano López, etc...Yo creo que el jugador más completo técnicamente que hay
hoy en día es Roger Federer, pero el jugador que demuestra tener una fuerza
mental por encima de los demás es nuestro Rafa Nadal.
Yo no sé si conseguiré algún día mi sueño de ser
profesional, porque es muy difícil entrar en el ranking ATP, pero lo que si
creo es que siempre seguiré relacionado con el tenis, compaginando mis estudios
con jugar los torneos que haya en los alrededores de donde viva, y quién sabe,
quizás enseñando la técnica de este bonito deporte a otros niños, que como yo
ahora, tengan entonces el sueño de llegar a jugar en las impresionantes pistas
de Roland Garros.
Por Diego Freire
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